Gracias Dios soberano por tu misericordia, por poner en nuestro corazón el deseo de interceder por nuestros hijos y su etapa de adolescencia cuando se producen tantos cambios.
Te pedimos sabiduría para saber cuando aconsejar y cuándo callar, saber qué consejo dar y cómo conducirnos.
Así mismo, concédenos gracia para que nuestras palabras sean revestidas y lleguen al corazón de nuestros hijos.
Dirige sus vidas en la alegría de la juventud y tengan conciencia que pedirás cuentas de sus actos, que no ignoren esta verdad y la tengan siempre en sus pensamientos. Revela a sus mentes que la vida es vana y pasajera de modo que quiten de sus corazones el enojo y se aparten del mal.
¿Quién más pudiera ayudar a nuestros hijos en este desafío? Solo tu Dios. Nosotros oramos a Ti en el nombre que es sobre todo nombre: Jesucristo.
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
Eclesiastés 11.9
Corazón de Mamá 