Mamás orando, Padres orando unidos

Oremos por las mujeres

Gracias te damos Dios por la vida. Gracias porque has tenido misericordia de la humanidad  pese a nuestro egoísmo, lascivia, contiendas, deseo de poder y todo lo que ha acarreado violencia e inseguridad entre nosotros.

Reconocemos cómo hemos producido un entorno ausente de paz. Confesamos nuestra indolencia ante aquellos que no han nacido. Perdónanos por no hacernos responsable de las consecuencias de nuestros propios actos. Somos una sociedad que se mueve con miedo, con desconfianza y se pone a la defensiva ante la menor provocación. ¡Cómo necesitamos de Ti!

Hoy nos unimos en clamor a Ti, Señor Jesucristo, pidiendo tu intervención en nuestros corazones, nuestros hogares y  nuestras calles. Perdona nuestro pecado y límpianos de nuestra maldad. Haznos conscientes de la necesidad que tenemos de acercarnos a Ti, conocerte y vivir en tu camino. Ten piedad de nosotros. Crea en cada uno que elevamos esta oración, un corazón limpia y renueva un espíritu nuevo dentro de cada uno.

Te pedimos paz en medio de toda circunstancia. Haznos ver el bien que haces en nosotros y permítenos compartir tu amor a otros, las bendiciones que brindas a nuestras vidas, la fuerza que nos das para salir adelante frente a las adversidades.

Te pedimos hoy por cada niña, desde la que  no ha nacido, hasta la que está en etapa de crianza, protege sus vidas y su inocencia. Te pedimos por cada adolescente que está conociendo quién es ella, rogamos que la verdadera identidad que creaste en ellas sea revelada y vivan creyendo en esa verdad. Te pedimos por cada jovencita que sale de casa a trabajar o a estudiar, que sea tu protección la que la rodee. Te pedimos por cada mujer que está frente a su hogar, escucha sus oraciones y hazles sentir tu protección. Te pedimos por aquellas niñas o mujeres que están sufriendo porque la violencia ya transgredió su integridad, trae sanidad, trae paz, trae tu amor que lo vence todo y dale de tus fuerzas para levantarse tomada de Tí.

Ayúdanos Dios a tener empatía, sensibilidad y compasión. Si está a nuestro alcance ayudar o aconsejar a una mujer, permite que no nos detengamos. Enséñanos a amarnos y no juzgarnos. Recuérdanos que el amor vence el temor.

Te reconocemos como un Dios soberano que no desea el mal para sus hijos, creador absoluto de la mujer y Dios que espera que nos volvamos de nuestros malos caminos hacia el bien y la bendición.

Gracias por escuchar esta oración. Gracias porque tu amor es más fuerte que la maldad. Oramos a Tí creyendo que tu cumplirás lo que has dicho en tu palabra, en el nombre de Jesucristo. Amén.

Dichosa tú que has creído, pues lo que el Señor te dijo se cumplirá.

Lucas 1.45

Deja un comentario