Los padres sabios usan más la prevención que el remedio. Si no somos preventivos estaremos señalándolos constantemente, regañándolos constantemente, criticándolos constantemente y corrigiéndolos constantemente. Ese no es un ambiente saludable para ganar la amistad del corazón de tu hijo. Ese no es el ambiente propicio para desarrollar una relación fuerte, íntima y de comunión emocional y espiritual.
Rey F. Matos