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Una conducta bíblica

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Cuando una persona se determina a adoptar una conducta deportiva comienza por hacer cambios en su estilo de vida. Todo es progresivo. Poco a poco aprende cuáles alimentos necesita evitar y cuáles integrar a su dieta para fortalecer las áreas del cuerpo que más va a ejercitar. Por ejemplo, un corredor, comienza agregando mayor consumo de plátano como refrigerio; aprende que son ricos en Potasio y que es el segundo mineral que más transpira al ejercitarse, por lo que, necesita reponerlo para no bajar su rendimiento. Con el tiempo, aprende que puede consumirlo con bebidas naturales mientras corre. Aprende a conocer cómo responde su cuerpo y cuando necesita consumir este mineral. Además, investiga cuáles con los tenis más cómodos, más durables, más ligeros para su uso. Conoce la ropa más adecuada para su ejercicio. Introduce en su agenda rutinas de entrenamiento y se fija metas para lograr sus objetivos. A medida que se introduce en el mundo de los corredores se va relacionando con quienes tienen la misma pasión el o ella. Se vuelve parte de un grupo. Casi de inmediato va introduciendo a su familia en esta conducta deportiva que adquirió. Motiva a sus hijos a ejercitarse, a disfrutar de una caminata en el exterior, promueve la sana alimentación y cuando menos lo piensan la familia adopta un nuevo estilo de vida.

Estás invitado a escuchar la entrevista transmitida en YouTube a Núria Burgada, mamá de Kilian Jornet, un famoso corredor. Escucha cómo transmitió a su hijo la pasión por correr.

Quizá la etapa de paternidad es un período de la vida en la que más buscamos respuestas bíblicas, temas específicos que nos orienten ante tal o cual situación. En la Palabra de Dios puedes encontrar respuesta a tus preguntas aunque no se mencione cada tema específico, la Biblia sí habla de todas las áreas del ser humano. Formar hijos de luz puede parecer una tarea ambigua, pero el apóstol Pablo define detalladamente su perfil y es específico en la conducta que se debe desarrollar.

La semana pasada compartimos que un hijo de luz debe saber que es hijo de Dios y aprender a amar a los demás. También reflexionamos que el amor debe verse reflejado en lo que hacemos con los demás y por ellos. En Efesios 5.3-17 se repite que para ser hijos de luz debemos conocer a Dios pues es lo quien nos va a guiar para desarrollar ésta conducta bíblica. Imagina que caminas en medio de una completa oscuridad y no tienes idea hacia dónde avanzar. Hemos mencionado que la sociedad está llenándose de oscuridad, pues conocer a Dios es como prender una luz y poder ver todo con claridad, te permite llegar a distinguir los obstáculos y tropiezos que impiden avanzar por la vida. Además, vivir en la luz permite reflejar el brillo de Dios en nuestras propias vidas.

Hasta aquí, parece que la conducta de los hijos de luz es un estilo de vida que tienes que definir por ti mismo, pero el apóstol especifica la disciplina que debemos desarrollar:

Tratar de hacer lo que le agrada a Dios

Aprovechar el tiempo para hacer lo bueno

No dejarse engañar, ni convencer con ideas humanas

Cuidar el comportamiento, pensando antes de actuar

Evitar conversaciones inmorales, no usar palabras altisonantes, ni groseras, ni vulgares

No tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, ni relaciones sexuales pecaminosas

No participar de actividades pecaminosas

Evitar relacionarse con aquellos que persisten en vivir sin moral

Estas prácticas bíblicas son algunas de las que necesitamos introducir en la conducta bíblica para ser hijos de luz. Esta conducta es un estilo de vida que puede aprenderse. Si la familia no está acostumbrada a vivir de esa manera podrá aprender poco a poco y adoptar gradualmente la nueva conducta. Así como un corredor decide adoptar los hábitos y la disciplina que requiere para lograr su objetivo, nuestros hijos pueden ser formados para vivir como hijos de luz. El corredor se fija metas de distancia, de alimentación, de descanso; adquiere el equipo necesario, incluso la vestimenta adecuada y por supuesto, lleva a cabo sus planes. Poco a poco va adquiriendo la conducta deportiva. 

Para vivir como hijos de luz es necesario evaluar en cuál punto se encuentran los miembros de la familia, cuáles de las características que menciona Pablo son necesarias aprender y cuáles reforzar. Quizá algunos de los padres o hijos necesiten ejercitarse en algunas áreas y otros en otras. Puedes empezar tomando una característica a la vez. Por ejemplo, “No usar palabras altisonantes” si alguno de los hijos o padres están batallando con este mal hábito. Puedes fijar un período de tiempo para ejercitar el uso de palabras respetuosas, asignar una consecuencia para quienes no logren evitarlo. Cualquier consecuencia implementada debe ser congruente a la Palabra de Dios, evitar la violencia física y emocional, además de motivar al aprendizaje de la nueva disciplina. Al final del período fijado puedes preparar un incentivo que motive a mantener la conducta aprendida.

Algunas de las características que menciona Pablo son más difíciles de adoptar y requerirá la intervención de Dios indispensablemente. Otras, también pueden requerir ayuda profesional. Cada semana insisto en que los padres necesitamos orar por el rol de padres que ejercemos y leer constantemente la Palabra de Dios, esta vez, no es la excepción: Ora a Dios, lee su Palabra.

Como menciona Pablo: “En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz al estar unidos al Señor. Portaos como hijos de luz.” Efesios 5.8. Para desarrollar esta conducta bíblica como hijos de luz es necesario permanecer en la luz, unidos al Señor Jesucristo. No hay otro medio. No hay un atajo. Cuando tu, como padre o madre vives unido al Señor, reflejas la luz y esa luz puede llegar a atraer a tus hijos para que ellos adopten este estilo de vida. Empieza hoy enseñándoles lo que dice la Palabra: “Dios está obrando en ustedes. Él despierta en ustedes el deseo de hacer lo que a él le agrada y les da el poder para hacerlo. Hagan todo sin quejarse y sin discutir. Así serán hijos de Dios, sin culpa y sin falta viviendo entre una generación perversa y mala. De esa forma brillarán entre ellos como estrellas en un mundo de oscuridad. Ustedes les están ofreciendo un mensaje de vida. Así, cuando Cristo regrese, tendré el gusto de hablar bien de ustedes y podré decir que mi lucha y trabajo por ustedes valió la pena.” Filipenses 2.13-16 PDT

Es impresionante como puede cambiar la conducta de una persona. Los deportistas desarrollan una voluntad y disciplina impresionante que llega a impactar a sus familias. Imagina lo que puede llegar a hacer la conducta bíblica adoptada en tu hogar. Te motivo a comiences hoy, gradualmente verás los cambios si eres constante y firme. Además de tu determinación, tienes a Dios de tu parte, obrando en aquellas áreas en las que tu no puedes cambiar.

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