Gracias te damos Dios por tu sabiduría, por el diseño tan maravilloso de la vida, por crearnos de forma que nuestro cuerpo funcione por sí solo con cuidados tan sencillos de llevar a cabo. Tu nos formaste y te damos gloria porque cada sistema y aparato son como máquinas trabajando de manera sorprendente, ¡qué obra tan inigualable! ¡Eres maravilloso Dios!
Gracias por estos días que nos permites reflexionar sobre el cuidado de nuestro cuerpo y la calidad de vida que estamos produciendo en él. Gracias porque en medio de esta situación de alerta de la salud estás permitiendo que hagamos conciencia de cómo estamos tratando este cuerpo maravilloso que nos prestas para la vida. Gracias porque para muchos de nosotros ha sido una alerta que se prendió para recordar que, aunque hay alimentos deliciosos que deleitan el paladar, debemos ser más selectivos y buscar aquellos que nutren y sobre todo, fortalecen el sistema inmunológico que diseñaste.
Pedimos perdón Señor por este grave descuido, un descuido vital para la vida y que en ocasiones, por eventos sociales, por costumbre, por cultura, por convivencia, por glotones, por placer, no hemos tenido dominio propio, no hemos cuidado del templo de tu Espíritu, no nos hemos negado. Hoy clamamos a tu Palabra, grábala en nuestros pensamientos para recordar que podemos no todo nos conviene consumir, que no todo es provechoso para nuestra salud. Abre nuestros ojos, si todavía nos negamos a obedecerte en esta área, haznos ver que cometemos pecado cuando no buscamos la calidad de vida que tu diseñaste para el funcionamiento de nuestro cuerpo. Ten misericordia de nosotros y danos una nueva manera de pensar de acuerdo a tu Palabra, a tu plan para nuestras vidas. Rompe hábitos dañinos que hemos transmitido a nuestros hijos y ayúdanos a establecer un pensamiento saludable aplicado en la alimentación y el cuidado del cuerpo.
Gracias Dios por escuchar nuestra oración. Gracias por incluir en tu Palabra ésta área de nuestro ser. Queremos amarte con todo nuestro ser, incluyendo nuestras fuerzas como parte física. Nos gozamos en la fe que nuestro cuerpo será honroso para que habites en el.
Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén.
Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo les conviene. Dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo trae beneficio.
1 Corintios 10.23 NTV
Corazón de Mamá 