Oremos por dominio propio

Gracias Dios por tu bendición, por poner a nuestro alcance una guía para cuidar nuestro ser, por enseñarnos a través de tu Palabra la importancia de cuidar espíritu, alma y cuerpo. Te damos honra y gloria porque nada se escapó en tu plan perfecto y derramas de tu Espíritu Santo llenándonos de dominio propio.

Nos presentamos delante de ti Señor y pedimos sigas obrando en nosotros, has despertado un deseo por cuidar un ser irreprensible para tu venida, el cual incluye espíritu, alma y cuerpo. Pedimos perdón por el poco cuidado que hemos tenido, por tentarte cuando consumimos aquello que sabemos de antemano daña nuestra salud. Perdónanos por dejarnos llevar por una cultura que no pone freno a alimentos perjudiciales para la salud, por no darle prioridad a una vida activa y refugiarnos en el entretenimiento sedentario.

Clamamos a ti por tu Espíritu Santo que nos dota de poder, de amor y autodisciplina. No permitas que sigamos con hábitos descontrolados que dañan nuestro ser. Nos has enseñado a buscarte, a llevar una vida disciplinada de oración y ayuno, de lectura de tu Palabra. Nos has enseñado a guardar nuestro corazón de pensamientos y emociones que no nos bendicen. Así mismo, rogamos a ti nos enseñes a negarnos a alimentos dañinos y la vida sedentaria. Tu eres nuestro ejemplo quien camina y camina para predicar salvación. Tu eres nuestro ejemplo que presentaste tu cuerpo sin mancha y sin contaminación para salvarnos. ¡Gloria a ti, Jesús perfecto!

Revela a cada uno de nosotros qué es necesario cuidar de espíritu, alma y cuerpo en el mismo nivel, que una parte no es más importante que la otra y que cada área afecta a las demás. Queremos un ser irreprensible, del que no nos avergoncemos delante de ti cuando vengas por tu pueblo; aliéntanos Señor, esfuérzanos; danos de tu Espíritu Santo para desarrollar este interés en el cuidado del cuerpo.

Gracias te damos por tu paciencia, tu misericordia hacia nosotros. Gracias por proveer dominio propio a través de tu Espíritu. Confiamos en ti y en esta palabra que nos exhorta a cuidar de nuestra salud y la de nuestra familia. Danos fuerzas para cumplir con ésta tarea sobre una vida sana que incluya espíritu, alma y cuerpo.

Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén.

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

2 Timoteo 1.17