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Presa del Miedo

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Por Anette Rojas

Y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados».

1 Reyes 19.4 NVI

Quizá nos resulte un poco extraño que Elías se encontrara en esta situación; tan solo un poco tiempo después de haber recibido una demostración tan grande; como ver descender fuego del cielo para probar a los profetas de Baal quien era Jehová. 

Al leer esta historia, de pronto escucho mi voz interior de “cristiana perfecta” decir: “pero, ¿cómo Elías pudo tener miedo si Jehová le había demostrado tantas veces que estaba con él?” Siendo honestos considero que Elías estaba en todo su derecho de sentir temor, puesto que se le acababa de decir que estaban persiguiéndolo para matarlo; Jezabel le había mandado decir “mañana estarás muerto”. Por lo tanto él decide huir al desierto a esconderse. 

Dios nos creó con todas las emociones para experimentarlas, no para esconder aquellas que consideramos no van con la personalidad de un verdadero cristiano; pero, esto no quiere decir que debamos permanecer en ese estado de ánimo por mucho tiempo, porque la palabra de Dios dice: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29.11 NVI

El temor y el desánimo estaban consumiendo la vida de Elías al punto que le pide a Jehová que mejor termine con su vida de una vez. Te puedo decir con toda honestidad que en muchos momentos difíciles de mi vida me he sentido desmayar, que mis fuerzas ya no me dan para más, pero es en esos momentos de grande tormenta donde he encontrado la dulce calma e intervención del Señor Jesucristo, y mis fuerzas han sido renovadas.

No podemos presentarnos ante Jesús fingiendo que todo está bien cuando no lo está, no es eso lo que Él espera de nosotros, recordemos que el dice: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” Mateo 11:28 NVI

Cuando Jehová se presentó ante Elías no lo regañó o enjuició por sentirse desanimado, más bien le preguntó ¿Qué haces aquí Elías?, Él le estaba mostrando que a pesar de su tempestad seguía con él y todo estaría bien; sin embargo le permitió sentirse vulnerable, porque a Dios le gusta que seamos honestos con Él, porque es ahí cuando nos puede hacer fuertes. Entonces le ordenó que comiera y se levantara para posteriormente darle indicaciones del camino que debía seguir. 

Dios nunca nos deja, aún en la prueba Él camina con nosotros y nos guía hacia la victoria; pero, nosotros tenemos que dejarlo dirigirnos. 

¿Cómo lo logró Elías? Con solo dos pasos;  después de haber expresado y vivido sus emociones: 

1.- Escuchó la voz de Dios, que lo consoló y animó. 

2.- Se levantó para seguir adelante en lo que Dios tenía planeado para él.

Quizás en estos tiempos de pandemia haya momentos en los que te sientas presa del temor, la incertidumbre hacia el futuro económico y de salud que estamos viviendo. O quizás te estás cuestionando si tu familia y tú podrán librar todas las dificultades que están enfrentando. Y te entiendo, yo lo siento también. Pero, me gustaría compartirte una frase que escuché hace unas semanas e hizo un fuerte eco en mi corazón: “Si el temor viene por la incertidumbre, el valor llega por la Fe” Pastor Emmanuel Contreras.

En Jesús siempre podremos encontrar la respuesta, solo tenemos que confiar que Él nos está guiando aun cuando esté trabajando en silencio. Ha llegado la oportunidad para que podamos ejercer nuestra Fe diariamente, saldremos adelante como lo hizo Elías.

No te sientas culpable por sentir temor o desánimo, Jesús también lo sintió. Dios nos creó para experimentar todas las emociones con las que Él nos formó. Pero, nos invita a escuchar su dulce voz en la tormenta, a levantarnos y caminar hacia nuestra victoria. Recordemos que “al que Cree TODO le es posible”.

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