Por Martha Reyes
Por eso, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para escuchar, lento para hablar, lento para enojarse. Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Santiago 1.19-20
Bendito Dios y Padre celestial, es un grande privilegio venir ante tu presencia confiadamente, sabiendo que tú nos oyes. Hoy queremos darte gracias porque todo lo que tenemos es por tu gracia y bondad. Te agradecemos en manera especial por la bendición de ser padres aunque esto implica una gran responsabilidad. Señor: tú sabes los tiempos difíciles que estamos viviendo. Como es que nuestras prioridades a veces se pierden. Señor, ayúdanos a enfocarnos en lo importante: en ponerte a ti en primer lugar y enseguida a nuestra familia, a nuestros hijos. Permite que aprendamos mediante tu palabra a mantenernos comunicados con ellos; a hacerlo efectivamente, a hacerlo siempre con amor y con firmeza. Ayúdanos a usar siempre palabras blandas que demuestren lo mucho que les amamos, que podamos ganarnos Su confianza. Señor: enséñanos a tener nuestro oído presto para escuchar a nuestros hijos cuando nos quieren confiar algo, que lo hagamos pacientemente sin interrumpirlos y sin hacer juicios anticipados, así como no dejarnos llevar por el enojo cuando nos comunican algo que no nos agrada. Perdónanos Señor si en algún momento no reaccionamos adecuadamente, si nos dejamos llevar por la ira y el enojo. Que seamos sabios para reconocerlo y reconciliarnos con nuestros hijos prontamente. Perdona también cualquier descuido nuestro, que ha hecho que nuestros hijos estén en riesgo. Sabemos que nuestro adversario el diablo quiere destruir a nuestra familia y queremos pedirte que seas nuestro escudo de protección siempre, que nos des la sabiduría para hablar con ellos.
Padre poderoso: te alabamos, reconocemos tu soberanía sobre nuestra vida, que tú tienes el control de todo. Nada hay difícil para ti, y te agradecemos porque nos amas tanto y tienes cuidado de nosotros en todo tiempo. Confiamos nuestra familia en tus manos. En el nombre de nuestro amado Señor Jesucristo. Amen
Corazón de Mamá 