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Salud integral

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Por Lupita Acosta

Enfoque: Somos espíritu alma y cuerpo, por lo cual, debemos cuidar y no destruirlo espiritual, mental y físicamente

La palabra de Dios nos dice y nos enseña en 1 de corintios 3:16,17 que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo es por ello que debe ser cuidado.  No debemos olvidar que somos personas vulnerables en el área espiritual. Dios nos enseña que debemos tener una relación diaria e íntima con él para que dé paz y tranquilidad a nuestra mente y corazón, de esta manera Jesús tome el control de nuestra vida.

También es importante comentar que muchas veces, en el diario afán de la vida, nos olvidamos de cuidar nuestro cuerpo con respecto a lo que comemos y lo que hacemos. Es decir, tenemos que aprender a conocer nuestro cuerpo ya que hay cambios que experimentamos a cierta edad, nuestro cuerpo deja de producir ciertos nutrientes naturales, hay cambios hormonales y si no somos capaces de detectarlos a tiempo y quizá no podamos saber cómo actuar. Por ejemplo: los desórdenes alimenticios causan problemas en la glándula tiroides y en hormonas, estos afectan nuestro estado emocional provocando depresión, tristeza, ansiedad, etc.  Muchas enfermedades son causadas por las emociones anteriormente mencionadas y por no detectarlas a tiempo; ésto puede generarse daños tanto en hombres como en mujeres.

Es importante recalcar que debemos tomar medicamentos y vitaminas adecuados para ello; si hay una falta de alguna vitamina y no se lleva un tratamiento puede generarse un problema serio en la vida emocional y/o física.

La edad también afecta el estado de salud del cuerpo. Hay casos, en los que a cierta edad se presentan casos de tumores y cánceres que son causados por trastornos hormonales o por los alimentos y bebidas que consumimos. Repito, es importante acudir al médico para detectar, realizarse algunos análisis de manera rutinaria; esto puede ayudarnos a vivir una vida sana.

Asegúrense de tomar las indicaciones correctas que da el doctor. En la dieta familiar, trate de incluir el consumo de vitaminas, comer saludable, hacer ejercicio, en pocas palabras tener hábitos de una vida activa e integral. Con ello estamos dando un ejemplo a nuestros hijos de cómo vivir una vida saludable y en orden. Pero sobre todo, que ellos vean que estamos cuidando de nuestra salud física porque al estar nuestras hormonas en salud emocional podemos tener mejor actitud, mejor estado de ánimo hacia los demás.

Sobre todo lo anterior, debemos estar orando en todo tiempo para que Dios tome el control de nuestras vidas ya que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Recuerda que al cuidarnos estamos dejando un gran legado para nuestros hijos.

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