SERIES

Esfuerzo y responsabilidad

Haz clic para escuchar

Por Gerardo Romero

Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado

Proverbios 6.10-11 RV60

Un rato más de sueño, una breve siesta, un pequeño descanso cruzado de brazos. Entonces la pobreza te asaltará como un bandido; la escasez te atacará como un ladrón armado.

Proverbios 6.10-11 NTV

En cualquiera de los dos casos el mensaje es pertinente, y la Palabra de Dios está hoy más vigente que nunca.  Los padres deberíamos ser conscientes del terrible daño que la tecnología y el supuesto “progreso” ha causado a la cultura y a la generación presente. Al margen de los beneficios de dicho desarrollo, surge la cultura de lo “fácil”, se exalta el máximo logro con el mínimo esfuerzo en el mejor de los casos y se crea así una generación de jóvenes y adolescentes que desdeñan el esfuerzo y la responsabilidad (aunque algunos padres, como dicen por ahí… “no cantan mal las rancheras”), que piensan que todo se les debe dar en bandeja de plata porque ese es su “derecho”. Haciendo de la irresponsabilidad y la pereza (falta de esfuerzo) virtudes contemporáneas.

     El pasaje que nos ocupa (Prov. 6:10-11), es parte de una unidad literaria (perícopa) que inicia en el versículo 6, en ella, Salomón dirige sus palabras a los amantes de lo fácil y cómodo. Aquellos que deberían hacer un esfuerzo por aprender algo nuevo y productivo, empezando por ir a la escuela (también a la escuela bíblica). Pero dado que esto les representa mucho esfuerzo e implica responsabilidad, Salomón los dirige a la escuela más simple y elemental para activar su raciocinio: “Ve a la hormiga…”. ¡Qué vergüenza es para una criatura racional e inteligente degenerar hasta el punto de necesitar ir a un insecto tan pequeño e insignificante para aprender lo que es esfuerzo y responsabilidad, trabajar y ganarse el pan de cada día!

     Sabemos que las hormigas viven en sociedades perfectamente organizadas, pero leemos: “que no tienen jefe ni capataces” (v.7) en el sentido de que alguien les obligue mediante el castigo o el uso de la fuerza a cumplir con aquello que por instinto y supervivencia les es imprescindible para su existencia. Trabajando y esforzándose cuando el tiempo es para ello, descansando y disfrutando de lo trabajado cuando el tiempo es para ello. Esto es responsabilidad. Es pues, en este orden de ideas, que la hormiga se convierte en un excelente modelo de enseñanza. Y por qué no, también en modelo inspiracional.

     De la enseñanza pasa Salomón a la exhortación (vs.10-11). Trata de despertar la conciencia y animar la voluntad de quienes actúan de manera irresponsable siguiendo la filosofía del “esfuerzo mínimo”.  Y los invita a dejar de lado las escusas para no esforzarse, durmiendo un poquito ahora y otro poquito después. Durmiendo ahora lo suficiente, ¡ya se levantará y recobrará con mayores fuerzas el tiempo perdido! Engañándose a sí mismo, pues cada vez que se despierta pide se le deje dormir otro poco. Vive como dice el versículo 10 una continua siesta, dejando una y otra vez para después aun las cosas más urgentes.

     La Palabra de Dios, a través de Salomón insta a los padres a poner a los hijos en antecedentes sobre las terribles y fatales consecuencias de la pereza y la irresponsabilidad. Estas solo traerán como fruto la necesidad y la pobreza. Y ningunos de nosotros seriamos padres felices teniendo hijos pobres y necesitados. Benjamín Franklin, sabio y uno de los padres fundadores de las 13 Colonias Americanas dijo: “La pereza camina tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla”, y Jesús dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”, Juan 5:17

En Resumen, de la hormiga aprendemos las siguientes lecciones:

  1. La hormiga tiene la capacidad de anticipar el futuro, v.6.
  2. La hormiga tiene la capacidad de tomar iniciativa sin ser supervisada ni dirigida, v 7 y 9.
  3. La hormiga tiene la capacidad de hacer planes de largo alcance, v. 8.
  4. La hormiga tiene la capacidad de prepararse para la adversidad, v. 9-11.
  5. La hormiga, sin ser racional, nos enseña a ser esforzados y responsables.

Deja un comentario