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Consejería prematrimonial

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Por: Aleida Morales

¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?

Amós 3.3

Uno de los sueños que los padres alentamos en los hijos es formar una familia. Los medios de entretenimiento y redes sociales han potencializado la importancia de una boda; lamentablemente más que la unión de dos seres que se aman, más que buscar la bendición de Dios, ha estallado un importante interés en el evento social: la boda.

Podemos ver videos de pedidas de mano que se han vuelto virales y que nos hacen llorar de la emoción (aunque se trate de desconocidos), ¡con cuánta imaginación y creatividad ingenian los novios expresar el famoso ”¿Quieres casarte conmigo?”! Han superado escenas de películas icónicas, es un derroche de romance que, ¿quién no se emociona de solo verlos?

No nos queda más que pensar: ¡eso es amor verdadero! Pero, los años nos han venido demostrando que una pedida de mano espectacular, una boda de sueño con todos lo que esta conlleva, detalles originales que a nadie se le hubieran ocurrido antes, el vestido de novia perfecto, los centros de mesa lujosos, el color de damas que la revista de novia anunció como tendencia, la canción más romántica que cante el novio a la novia, etc. no aseguran un matrimonio exitoso.

Dado que es un sueño que los padres transmitimos, que la sociedad promueve y que además, es un plan divino; preparar una boda y sus detalles, ¡debe ser especial! Jesús mismo está preparando una boda con su novia y no escatima en los detalles. Pero hay algo que estamos dejando de lado: hablar de lo que construye un matrimonio exitoso.

Nuestro consejo es que así como no se escatima en detalles para la celebración, motivemos a nuestros hijos a no escatimar inversión de tiempo, dinero y esfuerzo en tomar Consejería Prematrimonial.

Los padres podemos ser una gran influencia para que nuestros hijos se tomen el tiempo para preparar su matrimonio, además de preparar su boda. Hablemos con ellos, motivemos que se enfoquen en lo más importante: la unión de dos personas para formar un hogar. En algunos estados de México, las pláticas prematrimoniales son un requisito para celebrar la boda civil.

Como padres, podemos ayudar a los próximos esposos a solicitar al Pastor, algún ministro o hermano de la fe que imparta cursos prematrimoniales. No se limiten a buscar en la congregación local, gracias a la tecnología, se puede asistir virtualmente a Consejería Prematrimonial. Pueden pedir a un amigo de la familia o de los novios investigar sobre estos cursos.

Otro recurso es alguno de los libros que están escritos con esta temática. Los padres pueden obsequiar como un presente para los próximos esposos alguno de los diversos materiales que existen. Aprovecha las ventas por internet o acércate a una librería local. La inversión puede ser mínima comparada con los frutos que se pueden obtener.

Si no es posible accesar a algún curso o material, los padres o un amigo de confianza pueden platicar con los jóvenes acerca de los temas más relevantes para el inicio de un matrimonio: Comunicación, Economía del hogar, Planificación familiar, Sexualidad, Amor, etc.

Los preparativos de la boda son emocionantes, como familias es sano involucrarse sin traspasar los gustos y posibilidades de los novios. Pero sobre todo, como padres, deberíamos hacer hincapié en la relación matrimonial que los hijos están a punto de emprender. Quizá, es tan fácil de iniciar la conversación pensando en lo que a ustedes mismos les hubiera gustado que sus padres platicaran antes de emprender su propia relación. Como seguramente su experiencia ya les afirmó: es difícil que dos caminen juntos cuando no están de acuerdo. Es un inicio poderoso para que novio y novia reflexionen antes de comenzar la nueva etapa de sus vidas.

Regala a tus hijos lo más hermoso que los padres podemos otorgar en la boda: Un recurso que los ayude a construir un matrimonio unido.

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