POR Nora Granillo
A ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
Tito 2.5
Señor venimos ante ti primeramente para agradecer tu amor, perdón y misericordia hacia nosotras y familia. Gracias por la salud de nuestras vidas y la provisión de cada día. No hay palabras suficientes para agradecer tanta bondad pero queremos servirte siempre.
Somos conscientes de que nos has llamado con un propósito específico y que debemos desarrollar un ministerio contribuyendo así al engrandecimiento de tu obra.
Ayuda a cada mujer que tiene un ministerio y está al servicio de tu iglesia. Que no haya oposición para que ellas puedan desarrollarse plenamente. Que sobre todo, cada una pueda estar en el propósito para el cual tú la has llamado. Aclara sus mentes para comprender adecuadamente cuál debe ser su alcance en este tiempo, y que lo realice diligentemente.
Te pedimos por aquellas hermanas que aún no han alcanzado a comprender cuál es su ministerio en la iglesia, que cada una busque ardientemente descubrir lo que tu quieres que sea hecho en tu gran obra; como dice tu palabra, que “Seamos maestras del bien”, “castas, cuidadosas de nuestras casas”. Ayúdanos a cumplir con todo lo que se requiere, porque entonces estaremos alineados en tus propósitos. Perdónanos por lo bueno que no hemos hecho. Queremos comprometernos hoy a hacerlo.
Te honramos y damos gracias en el Nombre de Cristo Jesús.
Amén.
Corazón de Mamá 