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Ríos en la soledad

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Por Mayra Cerpa Gaxiola

Jehová Dios dio, Jehová Dios  quito sea su nombre bendito

Job 1:21

1.- ¿Porque  a mí?: Como ya se mencionó en los episodios anteriores, hay una infinidad de preguntas en nuestra mente cuando algo malo sucede. Los humanos tenemos la tendencia de preguntamos ¿porque? cuando las cosas no salen como esperamos. pero cuando todo va bien nos olvidamos de dónde proviene lo bueno. Ciertamente hay experiencias dolorosas como buenas, pero de todas se aprende y se pueden superar, no quiere decir que se olviden solo que se le encuentra un sentido.

2.- El suceso: La pérdida de un bebé o algún ser querido trae dolor y desconsuelo, más aún cuando llevas 5, 10, 15 o más años esperando. Cuando al fin llega la noticia de lo que habías esperado se llena el corazón y la mente de ilusiones, empezamos a hacer planes sin contar que Dios tiene otros.

3.- La pérdida: Cuando eso tan deseado se esfuma llegan muchos sentimientos encontrados, queremos respuestas inmediatas; una es ¿por qué me ilusionaste si te lo ibas a llevar? (hablando de un embarazo no logrado); ¿por qué permitiste este dolor?, etc. Entendí que solo preguntamos ¿por qué? y no ¿para qué? Ahora veo claro, después del dolor, estoy agradecida por la dicha de haber tenido en mi vientre un ser que se estaba desarrollando aunque fuese por poco tiempo, ya que muchas mujeres no tienen la dicha de llegar a ser madres, pero en la Biblia en el libro de Eclesiastés dice que todo tiene su tiempo y la vida de mi bebe era ese. Estoy agradecida con Dios por la dicha de haberme permitido tenerlo durante esos meses, sentirlo en mi vientre y sentir cómo se desarrollaba.

4: Dios trae la calma: Después del proceso de pérdida entendí que Dios da y también quita, pero entendí que es por mi bien. Muchas veces solo juzgamos lo malo pero no entendemos que todos estamos expuestos a esas y otras situaciones, que nada de lo que tenemos en esta tierra es de nosotros. Como cristianos sabemos que vamos de pasada y que nuestros hijos, padres, hermanos, etc., le pertenecen a Dios y El tiene el tiempo destinado para cada uno de ellos y para nosotros. No soy quien para juzgar a Dios por sus desiciones, quizá la vida de mi hijo no sería la mejor, tal vez lo quiso librar de una enfermedad o a nosotros de alguna tragedia que fuese aún más dolorosa, es por eso que uno debe pensar en frío y dolor pero sabiendo que Dios no se equivoca con la decisión que tomó y su palabra es correcta: “… los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” Romanos 8:28-30. Así que esto me ayuda para saber que se puede salir adelante y poder ayudar a alguien que esté en este proceso y decirle que su bebé está en los brazos de su Creador, en un mejor lugar.

5.- Ejemplo bíblico: Así como Job, un hombre próspero en todo y bendecido con hijos hermosos, dice la Biblia que era temeroso de Dios y lo honraba, pero que llegó el día de la envidia del diablo al ver que era prosperado y le pidió a Dios que le quitara todo. Dios se lo permitió, le quitó dinero, hijos, salud y todo lo que tenía. La Biblia dice que no renegó de Dios sino dijo “El da, El quita; sea bendito”. Al paso del tiempo, por su fidelidad, la bendición llegó a su casa al doble, una gran abundancia, lo que tenía le fue duplicado y dice la Biblia que no había mujeres más hermosas que las hijas de Job. Así que entendí que cosas mejores viene para mi vida y se que si tu aceptas la voluntad de Dios también vendrán para la tuya.

6.- Un embarazo nunca es un error. La Biblia dice que los hijos son bendición no cargas. Nosotros no podemos decidir quitar la vida o darla, eso solo lo decide Dios. No sabes qué cosas buenas vendrán a tu vida por medio de ese regalo que te ha venido; aún como hayan sido las circunstancias de concepción, déjalo en manos de Dios. Si así lo haces no será carga, te darás cuenta que es el mejor regalo que el Señor te ha permitido. Un hijo nunca es de la casualidad o pilón como solemos llamarlos,  es un regalo y merece vivir. Quizá ese regalo pudiera ser bendición para otra persona, alguien que ha anhelado por mucho tiempo cargar un bebé en sus brazos. Tal vez tu eres el instrumento para que llegue a su vida.

Te invito a leer el libro de Job, te ayudará mucho. Nunca reniegues por lo que pasa en tu vida, pregunta a Dios qué te quiere enseñar y cree realmente de corazón que si somos fieles a Él  recibiremos aún más de lo que nos merecemos.

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