SERIES

Consecuencias del favoritismo

Haz clic para escuchar

Por Elena Díaz Canett

Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.


Génesis 37:4

Consecuencias del favoritismo en la relación entre hermanos y las consecuencias en la vida personal del que es favorito y del que es menospreciado. 

Creo que todos conocemos la historia de José y el amor que su padre le tenía. Pero esta historia no comenzó con José, sino con Isaac. 

Abraham tuvo un hijo mayor y su nombre fue Ismael. Cuando nació Isaac toda la atención se volcó sobre él, porque era el hijo de la promesa que Dios le hizo a Abraham (Génesis 17.1-19). De tal manera que Ismael fue desterrado junto a su madre al desierto. Todo lo que tenía le correspondía a Isaac, Sara al ver que Ismael se burlaba de su hijo pidió a Abraham que echara a Agar y a su hijo al desierto, “porque no heredará con Isaac mi hijo” Gen 21:10. De cierta manera Abraham cedió al favoritismo de Isaac, respaldado por la promesa de Dios. 

Cuando vamos leyendo la escritura podemos notar que Isaac repite este patrón al favorecer a su hijo Esaú. “Génesis 25:28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob”.  Las causas y las consecuencias que se vivió en esta familia fueron traición, celos, envidia, rencores y deseos de muerte. 

Más adelante en la escritura vemos a Jacob repetir este mismo modelo en José. Probablemente, de manera inconsciente, estaba ligado emocional y mentalmente a José por la simple razón de que había amado más a su madre Rebeca que a Lea. Entonces, es una cadena de emociones sin el propósito de inclinarse de parte de uno de los padres hacia un hijo en especial. Puede causar un daño generacional si no se corta con este patrón. 

¿Cuáles fueron las consecuencias?

En el caso de José, vivió los privilegios y las consecuencias del favoritismo de su padre; lo amaba tanto que le hizo una túnica de colores; lo apartó de sus hermanos, porque era el pequeño, porque no tenia mamá, lo sobreprotegió al grado que sus hermanos vieron que eran tan evidente la preferencia de su padre sobre ellos, que lo empezaron a agredir, a menospreciar y a odiar. Puedo creer que entre ellos mismos alentaban ese odio diciendo: ¿viste que hizo un vestido especial para José?, ¿viste cómo le habló?, ¿viste que le preparó algo especial de comer?, etc., etc. Los hermanos se tornaron violentos con José al grado de llegar a desear su muerte, venderlo y mentirle a su padre sobre lo que le había pasado. 

José se sentía favorecido por su padre y por Dios, pero sus hermanos no se sentían favoritos de Dios ni de su padre. 

Posiblemente si no se hubiera vivido ese favoritismo pudiéramos ver otra historia familiar:

1.- Los hermanos habrían abrazado el llamamiento de José y juntos hubieran disfrutado de las promesas de Dios. 

2.- Jacob hubiera estado con José en los momentos clave, como padre protector, lo hubiera guiado a cumplir cada uno de sus sueños junto con sus hermanos. 

3.- Los hermanos de José hubiera hecho la voluntad de Dios y vivir correctamente hasta tomar la tierra prometida.

¿Qué podemos hacer como padres, si estamos repitiendo esta conducta?

La situación se torna difícil para el favorecido como para los no favorecidos. Si los padres repetimos palabras de aprobación continuamente hacia el hijo favorito y palabras de comparación con los demás hijos estamos provocando a ira y creando un ambiente de competitividad y egoísmo.

  • Así que reconozcamos las debilidades de cada hijo, valoremos lo positivo y no resaltemos lo negativo.
  • Evitemos las comparaciones entre hermanos, no critiquemos el ritmo de aprendizaje pues cada hijo es único y cada uno de ellos nació en una situación diferente.

Finalmente, papá y mamá: nadie nos enseñó a ser padres, lo hemos ido aprendiendo en el caminar, hemos cometido errores pero también aciertos. ¡Qué claros ejemplos de consecuencias que encontramos en la Palabra de Dios! y el desenlace de cada uno de los personajes nos pueden guiar al hacer lo correcto.

Cuando creas que estás cayendo en el favoritismo con alguno de tus hijos, ve a Dios, ora con fervor, pide sabiduría y guíanza, ¿qué mejor plática que con el que nos diseñó para cumplir esta hermosa labor? Abraza, ama, perdona y pide perdón, porque padres lo serán una sola vez en la vida y para siempre.

Deja un comentario