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Aceptando la realidad

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Por Lic. en Psicopedagogía Luis Antonio Sosa

Él, en el momento PRECISO, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender con toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que ÉL HARÁ

Eclesiastés 3.11 DHH (énfasis añadido).

Juan y Martin tienen 8 años, ambos van en la misma escuela. Juan llega a su salón, se sienta pacientemente a esperar a su maestra mientras saca su pulcra cajita de lápices que parece como si se la hubieran comprado ayer, aunque ya tiene más de 6 meses de uso; la maestra llega – buenos días ni.. – antes de que pudiera decir más, como un rayo llega por detrás Martín, quien entra estrepitosamente al aula casi chocando con las mesas de sus compañeros y se sienta agresivamente en su silla jadeando. – Buenos días Martin, saluda la maestra con un tono sarcástico, el cual Martin no parece comprender pues él contesta efusivamente con una sonrisa – ¡Buenos días maestra! Buenos días a todos. – ¡Buenos días Martin! Replica todo el salón con felicidad, bueno, todos menos Juan quien voltea los ojos y mira al cielo como pidiendo ayuda divina, no muy diferente a la misma mueca que hace su maestra. La clase inicia, Martin saca de su mochila medio lápiz mordido, algo que parece ser un borrador y un cuaderno sin pasta que parecía que lo habían metido a la lavadora, ¡ah! Y por supuesto no puede faltar su figura de dinosaurio, nunca sale sin ella. La clase se desarrolla, Juan está muy entusiasmado, es el primero en levantar la mano ante cada pregunta,  le encanta que la maestra escriba en el pizarrón, le ayuda a acomodar sus ideas y así participar mejor; por otro lado está Martín, la verdad el no parece estar entendiendo mucho de lo que sucede en la clase, las letras en el pizarrón lo confunden, parecen solo un montón de rayas y la voz de la maestra un constante balbuceo, ¡gracias al cielo tiene a su amiga Valentina!, quien al verlo todo confundido y con los ojos en el espacio se acerca a él y trata de ayudarlo a terminar su trabajo. Martín se siente muy cómodo cuando Valentina se le acerca a ayudarle, pareciera que con la sola cercanía de Valentina las letras en el pizarrón se acomodaran y todo tiene más sentido; aun así sigue siendo muy aburrido, por lo que empieza a platicar sobre otras cosas, lo que desata múltiples regaños de la maestra. La clase de español acaba, es hora de salir a Educación Física, Martín sale como rayo y Juan lento y malhumorado, aunque con su frente llena de estrellas. 

Al terminar la clase de Educación física el profesor se acerca a la maestra de español y le dice que quiere hablar con ella acerca de un alumno con el que está teniendo muchos problemas, la maestra le interrumpe – Claro , estoy segura de quien habla. El profesor replica, – ¡Ah! ya veo, entonces usted debe estar teniendo problemas con el  también, – por supuesto – contesta la maestra. – Es flojo, irrespetuoso, nunca entiende la clase; además de poco cooperador, no le gusta seguir mis indicaciones y nunca quiere participar, creo que deberíamos hacer algo. Añade el profesor de deporte – así es, yo he hablado muchas veces con sus padres pero no parece mejorar.

El profesor de deporte se queda pensando por un momento, – Entiendo, creo que deberíamos de hablar con el director para que considere mover a Juan a otra escuela. – ¡¿A Juan?! ¿Pero porqué? ¡Es mi mejor alumno! – protesta la maestra inmediatamente. – ¿Pues de quién estamos hablando maestra? – ¡De Martín por supuesto! La maestra replica – ¡¿Martín?!, para nada, es mi mejor alumno, un goleador nato, excelente líder, nunca se cansa, sabe trabajar en equipo, siempre dispuesto a trabajar; estoy seguro que llegará a ser un excelente deportista, incluso un gran entrenador, pero Juan – continuó el profesor cambiando su tono – Juan nunca quiere participar, es grosero con sus compañeros, se la pasa más preocupado por no ensuciarse la ropa que por apoyar a su equipo, sinceramente no sé qué vaya a ser de ese niño. 

La realidad es que somos diferentes… y eso está bien.

Los seremos humanos somos naturalmente diversos. La diversidad fue instituida por Dios desde el principio con fines explícitamente prácticos. En Génesis 4.20-22, podemos ver cómo se asignan tareas específicas para cada descendiente de Caín.

Y Ada dio a luz a Jabal, de quien descienden los que viven en tiendas de campaña y crían ganado.Jabal tuvo un hermano llamado Jubal, de quien descienden todos los que tocan el arpa y la flauta. Por su parte, Silá dio a luz a Tubal-caín, que fue herrero y hacía objetos de bronce y de hierro…”

¿Qué habría pasado si todos los descendientes hubieran sido creados bajo el mismo estándar? Posiblemente habrían tenido unos días llenos de hermosa música pero hubieran terminado muriendo de hambre al no haber quien criara el ganado, o todos hubieran comido muy bien, pero ¿Cómo se defendían si no tenían quien hiciera objetos de hierro? 

¿O qué hay de José “El soñador”? Si hubiera sido diseñado como sus hermanos, seguramente no habría sido excluido y así vivir pacíficamente con su familia, pero esto a costa de no haber sido nunca nombrado gobernador y muy posiblemente todos hubieran perecido por el hambre en la crisis de Egipto. 

Dios diseñó al ser humano de forma precisa para aprender diferente, actuar diferente y tener diferentes intereses, con el fin de cumplir el objetivo que Él ha puesto para cada uno.  

Aceptar la realidad es entender que muchas veces nuestros hijos no van a cumplir nuestros estándares o el de los demás, pues aún no podemos comprender lo que Dios tiene guardado para ellos. 

¿Qué dice la ciencia? 

Howard Gardner importante investigador del siglo XX, desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples. En su teoría Gardner explica que la inteligencia no es un cumulo de cualidades estandarizadas, si no que la define como: “la capacidad para resolver problemas, o para elaborar productos que son de gran valor para un determinado   contexto comunitario o cultural” (Gardner ,1983), es decir, la inteligencia es la capacidad para realizar ´´algo´´ que aporte a nuestro contexto y, ¿qué es ese algo? Puede ser cualquier cosa, pero Gardner la divide en 8 tipos de inteligencia que son: Lógica-Matemática, Lingüística , Espacial, Musical, interpersonal, Intrapersonal, Kinestésica y Naturalista. (Puedes investigar un poco más en este enlace https://www.ceupe.com/blog/la-inteligencia-segun-h-gardner.html). Gardner creía que la inteligencia era definida desde el vientre materno, ¿Te suena? “Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre. Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo.” (Salmos 139-13). Después la inteligencia sería influida por el contexto del niño, dándole las herramientas para sobrevivir en el mundo

Después de Gardner las investigaciones no cesaron. Poco tiempo después (Casi a la par) David Kolb en 1984 crea su propio modelo, donde no solo acierta con su homólogo en el hecho de que todos tenemos capacidades distintas, sino que todos tenemos formas diferentes de aprender, esto cae como balde de agua fría a un sistema educativo que tenía un ´´modelo idóneo´´ para enseñar y el niño que no aprendiera de esa forma simplemente se entendía que ´´no era apto para la escuela´´. Kolb define que existen 4 estilos de aprendizaje distintos y que todas son formas correctas de llegar al aprendizaje (Convergente, Divergente, Asimilador y Acomodador) puedes aprender más en:http://www.cca.org.mx/profesores/cursos/cep21/modulo_2/modelo_kolb.htm

La última investigación importante del ramo es el modelo VAK creado por Richard Blander, donde explica que contamos con 3 grandes ´´canales´´ para recibir el aprendizaje:  la vista, el oído y el tacto o el movimiento, y que estas están más o menos desarrollados dependiendo de cada persona; según Blander y su equipo, estas son definidas desde el procreación. Por ello existen niños que aprenden más viendo, otros escuchando así como  otros por medio del movimiento y la interacción con los objetos y personas. 

Ninguna teoría está desechada en la actualidad y hay muchas más, pero si tomamos en cuenta solo estas tres, estamos hablando que cada niño tiene un tipo de inteligencia, un estilo de aprendizaje y un canal de aprendizaje diferente. A esto aún podemos añadir divergencias de personalidad, intereses y condiciones neurodivergentes como lo son los trastornos específicos del aprendizaje, el Autismo, el TDAH entre otros. 

Aceptando a mi hijo tal como es identificando sus necesidades.

La inclusión siempre debe iniciar en casa, reconocer las cualidades que hacen especial a tu hijo le ayudará a adquirir la confianza necesaria para triunfar con esas mismas cualidades en la vida, hacerle saber que solo necesita ser el mismo y explotar sus capacidades al máximo.

¿Cuál es el papel de nosotros como padres? 

Diferentes cualidades son igual a diferentes necesidades; ¿tu hijo tiene una personalidad enérgica y explosiva? Entonces, probablemente necesita que trabajemos con su control emocional para que tome decisiones adecuadas en el futuro. ¿Tu hijo se distrae en la escuela? Tal vez necesite de un apoyo extra escolar para no perderse de conocimientos importantes. ¿Tu hijo no está aprendiendo adecuadamente? Posiblemente sea el momento de acercarse al profesor y platicar. 

Identificar las cualidades de tu hijo ayuda también a identificar sus necesidades y así en ese amor y aceptación, darle lo que requiere para salir siempre adelante

Algunas recomendaciones: 

Conoce a fondo a tu hijo. ¿Qué le interesa? ¿Qué le motiva? ¿Qué se le dificulta? ¿Qué le beneficia? ¿En qué cosas destaca y en cuales no tanto? 

Fomenta su autoestima amándolo tal y como es, pues si tú lo aceptas, él se acepta así mismo y nadie podrá convencerlo de lo contrario. 

Potencia sus capacidades. ¿Descubriste que tu hijo es bueno para la música? Es momento de incluirlo en clases de algún instrumento para que desarrolle sus habilidades. 

Solventa sus necesidades y áreas de oportunidad, no dejes pasar demasiado tiempo si identificaste que tu hijo vive dificultades para desarrollarse, ya sea para aprender, controlar sus emociones, relacionarse con otras personas, comunicarse etc., Aceptar la realidad también es aceptar que existen cosas que se pueden trabajar para el bien de tu hijo, para ello no dudes en buscar información, ayuda y si es necesario acudir con profesionales en el área. 

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