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El valor de servir

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Por Hilda Zaldana

“Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce discípulos y les dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser el más importante, deberá ocupar el último lugar y ser el servidor de todos los demás.”

Marcos 9:35

Cuando nos referimos al acto de servir en cuanto a su valor no podemos negar la enorme diferencia que encontramos en el concepto definido por el mundo en general y el valor que Jesucristo le otorga a la luz de la palabra de Dios. 

Mientras en la definición tácita de “servir” en cualquier diccionario no la presenta muy atractiva pues solo se refiere a un sometimiento a alguien haciendo lo que otra persona quiere o dispone, en la palabra de Dios denota una significado mucho mas profundo, le llamaría un significado en tres dimensiones:

  1. La dimensión de lo tácito: si  estar a disposición de alguien.
  2. La dimensión de la formación personal: en donde, con su práctica, se desarrolla el carácter de acuerdo con el de CRISTO. Se practica la humildad, la generosidad y la obediencia.
  3. La dimensión que se genera al unir los otros dos puntos, que coloca a la persona que sirve en un nivel superior que al servido, o superior al que decide no servir.

El valor que se le da a servir en este tiempos, en donde los medios de comunicación y las redes sociales nos someten a un constante bombardeo de satisfacer necesidades personales superfluas, se ha diluido y tiende a ser colocado en la parte inferior en la escala de valores completamente a la inversa que en el REINO DE DIOS. 

Ahí es donde se prende una luz roja que tenemos que atender y meditar, ¿cuál ha sido el legado de valores del Reino que hemos recibido y cualés estamos transmitiendo a nuestros hijos?

En esta ocasión vamos a enfocarnos en uno de los valores fundamentales del Reino de Dios: “El Servicio”.

RESPONSABILIDAD EN FAMILIA

Es sumamente importante y es nuestra responsabilidad que nuestros hijos sean instruidos en el valor de Servir así como Jesus nos enseñó y como su iglesia lo ha entendido a través del tiempo, debemos reforzar la transmisión de ese conocimiento espiritual, mismo que es vital.

Para ello, debemos estar dispuestos a:

MOTIVARLES A TRAVÉS DEL EJEMPLO. 

La transmisión del conocimiento en los primeros anos se da por repetición, el niño repite lo que observa, y conforme  pasa el tiempo el ejemplo fortalece cada vez más las pautas en el comportamiento de nuestros hijos. Así pues, cuando nosotros disponemos nuestra vida a servir y le damos el valor que le corresponde, nuestros hijos harán lo mismo.

Que no nos suceda como a la madre de Mateo 20:21 que muy preocupada por sus hijos, que con muy buenas intenciones pero con una errónea concepción de la jerarquía de valores en el REINO de Dios, que anteponiendo el deseo de posicionamiento, poder y autoridad le pide a Jesus una posición o lugar de honor para ellos: “Te pido que por favor, me permitas que, en tu reino, mis dos hijos se sienten en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.”

Cabe preguntarnos, ¿qué estamos pidiendo para nuestros hijos? ¿Estamos siendo un verdadero ejemplo de siervos para ellos? ¿Estamos enseñándoles lo que JESÚS nos dejó como ejemplo?

El mismo Jesús a partir de la petición de esta madre (mamá de Santiago y Juan, discípulos de Jesús), tuvo que hacer una poderosa declaración que sirve como base bíblica a esta enseñanza: “El mayor será el que sirve”.

Jesús, establece así la verdad del servicio que debemos transmitir:

  1. Servir es el mayor privilegio.
  2. Servir produce bien.

MOTIVARLES A TRAVÉS DE LA PALABRA DE DIOS

Demos prioridad al tiempo de estudiar las sagradas escrituras en familia, en donde encontramos evidencia firme del ejemplo de Jesús y de sus enseñanzas, en donde le da un valor principal al servir; cito Marcos 10:45 y Mateo 20:28 como una muestra de ello: “Porque el hijo del hombre no vino a ser servido sino a servir”.

MOTIVARLES A TENER UNA RELACIÓN ÍNTIMA CON DIOS

Sabiendo por experiencia que la fuente de toda sabiduría, deseo e impulso para actuar proviene de la llenura de el Espíritu Santo el cual producirá que con fervor nuestros hijos se  mantengan como siervos y anhelen servir por agradecimiento.

CONCLUSIÓN

Debemos pues tener plena conciencia de la importancia de nuestro legado en la formación y crecimiento de nuestros hijos en todas las áreas, pero principalmente en el área espiritual. En un mundo de ataques permanentes a la jerarquía establecida por el Reino de Dios debemos levantarnos como defensoras de los mismos y nuestra lucha, sin duda, inicia en nuestro hogar.

Hagamos pues, uso de todas las armas que Dios nos ha heredado para formar un vallado de protección sobre nuestros hijos y peleemos día a día la buena batalla sirviendo y enseñando a nuestra familia con el poder de nuestro ejemplo.

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