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Los padres, los constructores

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Por Azeneth López

Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño. Salmos 127.2

La construcción o formación de una familia cuesta esfuerzo, dinero, cambio de hábitos, ahorros, tiempo, sacrificio, ensayo y error; mucho error y mucho ensayo. Pero todo esto sería en vano si no ponemos a Dios como nuestro centro, como se mencionó en el episodio anterior. Vale la pena esforzarnos por formar un hogar que agrade a Dios.

La palabra de Dios muchas veces no nos pone las cosas tan fáciles, no te da los tres puntos principales acerca de un tema sino que en diferentes partes de ella puedes encontrar lo que estás buscando; por eso es importante escudriñarla para poder encontrar las herramientas que necesitamos.

De acuerdo a la Biblia, el rol de los padres es:

Dar dirección, orden y guíanza a nuestros hijos. 

Yo lo escogí a fin de que él ordene a sus hijos y a sus familias que se mantengan en el camino del Señor haciendo lo que es correcto y justo. Entonces yo haré para Abraham todo lo que he prometido». Génesis 18:19 NTV

Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán. Proverbios 22:6 NTV

Enseñarlos a amar a Dios.

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:5 NTV

Ejercer la disciplina.

Quienes no emplean la vara de disciplina odian a sus hijos. Los que en verdad aman a sus hijos se preocupan lo suficiente para disciplinarlos. Proverbios 13:24 NTV

No provocar a ira o exasperar (lastimar una parte dolorida o delicada).

Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen. Colosenses 3:21 NTV

No se trata nada más de no hacerlos enojar sino de cuidar no lastimar esas áreas se sensibles de su corazón. 

Modelarles la vida/conducta que deben de tener.

La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes. Es evidente que son una carta de Cristo que muestra el resultado de nuestro ministerio entre ustedes. Esta «carta» no está escrita con pluma y tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente. No está tallada en tablas de piedra, sino en corazones humanos. 2 Corintios 3:2-3 NTV

Proveer.

Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos. 1 Timoteo 5:8 NTV

Pasar tiempo con nuestros hijos, educarlos en el amor de Cristo y alentarlos a aprender la palabra de Dios. 

Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad. Deuteronomio 6:6-9 NTV

El sacerdote del hogar (el esposo/padre) es la persona que actúa como mediador y/o constructor del puente entre Dios y su hogar.

Asi que el rol sacerdotal tiene como función: 

  • Interceder por su familia: a veces orar no basta, se necesita interceder.
  • Promover la adoración a Dios.
  • Bendecir a su familia.
  • Promover el conocimiento de la palabra de Dios.

Hay personajes bíblicos que cometieron errores como padres, el más conocido fue el sacerdote Elí. Él conocía las faltas de sus hijos y sus conductas, pero dice la palabra de Dios, que no les fue estorbo. Y tu, ¿estás dispuesto a ser estorbo en la vida de tus hijos?, ¿a poner dificultad o impedimento, incomodarlos si están haciendo algo que sabemos que no es del agrado de Dios? 

Ser estorbo, no es bonito. Pero ten esto presente, no fuimos llamados a ser amigos de nuestros hijos, sino a ser Padres. 

Jacob también falló como padre al hacer distinción entre sus hijos. Pero en su lecho de muerte llamó a sus hijos y les hizo ver lo que habían hecho mal y las consecuencias de sus actos. 

Las esposas y madres somos ayuda idónea y dice la palabra de Dios que si 2 o 3 se pusieran de acuerdo ahí estaría Él. Así que estemos seguros que si como padres llegamos a “mutuo acuerdo” en cuanto a la crianza de nuestros hijos, ahí estará Dios. 

Hay un personaje en la biblia que me llama mucho la atención, y es el padre de Timoteo. Los antiguos griegos tenían la cultura de formar a ciudadanos “perfectos” a través de una enseñanza integral: literaria y oratoria, científica y filosófica, sumando también, la educación física y la artística.

Entonces, ¿en qué momento su madre y su abuela lo instruyeron en la fe? Y, ¿cómo es que su padre, con esta formación, permitió que Timoteo recibiera la enseñanza de fe por parte de ellas? Quiero creer que algo bueno tuvo que ver en su fe, que así se los permitió. Y, ¿por qué creo que les permitió? Porque en Hechos 1:3 se menciona que Timoteo tuvo que ser circuncidado ya que todos sabían que su padre era griego, o sea, que era conocido por su manera de vivir y creer. 

A lo mejor él no ejerció un sacerdocio en su hogar de acuerdo a las Escrituras, pero el hecho de haber permitido la instrucción en fe a Timoteo, habla de que en algún momento lo tuvo que platicar con su esposa y decir “está bien, adelante”.

La palabra es de Dios es viva y EFICAZ. 

En 2 Timoteo 4:2 NTV dice “predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno. Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena enseñanza.“

Pero sobre todo estemos bien seguros de poner a Dios como centro de cada uno de nuestros hogares. Preocúpate por agradar a Dios en tu paternidad o tu maternidad porque Dios es bueno y por amor nos dará lo que nuestro hogar necesita. 

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